miércoles, 12 de diciembre de 2012

Diálogo

Un niño durante el recreo en un día difícil:


Ho bisogno di te,
Quando sono incerto,
quando ho paura,
e quando nell’intento
non ci riesco.
Sono travolto da uccelli
Di fuoco;
che picchiano e picchiano.
Ho bisogno di te,
a sconfiggere questi uccelli
che rappresentano l’odio.
Questa battaglia
non gliela do per vinta;
perché so che tu sarai
con me
a vincere.

El papá cuando recibe estas palabras e imagina:

Estoy contentísimo de ser ‘te’, ese tú que quieres contigo. Estoy contento cuando te veo luchar contra el odio en una batalla donde nunca parece llegar el fin.
Ahí te veo a mi lado y sé que contigo también yo he vencido, simplemente porque existes, porque tu vida y tus palabras son un sí que vence la nada del odio.
Me gusta verte, aunque sea en la lucha, y te pido perdón si alguna vez, queriendo estar a tu lado para mejor luchar, me he convertido en enemigo. Eso no. Quisiera estar a tu lado, contigo, y así afrontar todo, con tu debilidad y la mía que son, vistas, mostradas, nuestra fuerza al querernos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Bellísimo! El italiano lo hace aún mas bello.
Abrazos
Rafa

Anónimo dijo...

---Y el comentariodel padre, todo lleno de sensibilidad. Precioso
Rafa

Hyperion dijo...

Acabo de regresar de Galicia para estar un poco con mis padres ya que las Navidades las paso en Roma. Estas palabras me han acompañado durante el viaje y quería compartirlas en estos tiempos en los que las esperanzas parecen menguar. Me alegra saber que te han gustado. Un abrazo, Rafa, desde tu Roma.

Anónimo dijo...

Alberto, felices Navidades con todos los tuyos.Te debo todavía una cena en el Trastevere. Un abrazo.
Rafael Lillo

Hyperion dijo...

Feliz Navidad también para ti, para vosotros. Te espero!!! Un abrazo.

Isabel Barceló Chico dijo...

Qué hermosos sentimientos brotan en un corazón de padre ante la expresión de debilidad - y al mismo tiempo de la fortaleza que da el ser consciente de algo - del hijo. También yo quiero luchar siempre al lado de quienes desean vencer los páraros del odio. Y sí, el darnos cuenta de que nuestros hijos han aprendido esa lección: que es preciso luchar siempre a favor del bien y la concordia, estamos seguros de haber vencido de algún modo. Un abrazo muy fuerte, querido hyperion.